Ritidectomía o lifting facial
¿Qué es la Ritidectomía o Lifting Facial?
La Ritidectomía, también conocida como lifting facial, es un procedimiento quirúrgico que tiene como principal objetivo disminuir los signos visibles de la edad. Este procedimiento no detiene el proceso de envejecimiento natural de una persona, pero sí puede hacer que se noten mucho menos, logrando un aspecto estético atractivo.
Procedimiento de Ritidectomía o Lifting Facial
El procedimiento de Ritidectomía generalmente implica hacer incisiones en la piel de la cara para extirpar el exceso de piel y reafirmar los músculos de la cara. Una vez que se realizan las incisiones, se levantan las capas más profundas de la cara, separando la piel que cubre la cara y el cuello de los músculos y tejidos profundos. Esta liberación permite que pueda volver a ser recolocada al final del procedimiento, asegurándose de que la piel esté estirada y lisa.
Recuperación
El tiempo aproximado de recuperación para volver a las actividades diarias es de cinco a diez días. Tras una Ritidectomía, es importante que los pacientes no se expongan a la luz solar durante los próximos 30 días y no realicen ninguna actividad física hasta 6-8 semanas después de la intervención. En los primeros dos días después de la cirugía se utilizan compresas frías en las regiones tratadas.
Riesgos y Complicaciones
Como cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos y complicaciones asociados con el lifting facial o ritidectomía. Algunos de los posibles riesgos incluyen sangrado excesivo, infección, hematomas, cicatrización anormal, daño nervioso, pérdida de cabello temporal, entre otros. Además puede producir lesiones en las estructuras subyacentes, como los músculos o la glándula parótida, pigmentación anormal de la piel, entumecimiento, dolor, sangrado y coágulos de sangre, mala cicatrización, caída del cabello, necrosis del tejido cutáneo o del tejido adiposo de la piel y acumulación anormal de líquido debajo de la piel