Botox
El Botox, también conocido como toxina botulínica de tipo A, es un relajante muscular que se utiliza para tratar diversas afecciones en el cuerpo. Se inyecta en los músculos, la pared de la vejiga o dentro de la piel, bloqueando parcialmente los impulsos nerviosos de los músculos inyectados y reduciendo las contracciones excesivas de estos músculos.
¿Cómo funciona el Botox?
Cuando se inyecta en la piel, el Botox actúa sobre las glándulas sudoríparas para reducir la cantidad de sudor producido. Cuando se inyecta en la pared de la vejiga, el Botox actúa en el músculo de la vejiga para reducir las pérdidas de orina (incontinencia urinaria). En caso de migraña crónica, se cree que el Botox puede bloquear las señales de dolor, bloqueando indirectamente la aparición de una migraña.
Usos del Botox
El Botox se puede inyectar directamente en los músculos y se puede usar en el tratamiento de las siguientes patologías:
- Espasmos musculares persistentes en tobillo y pie en niños con dos años de edad o mayores con parálisis cerebral.
- Espasmos musculares persistentes en la muñeca y mano de pacientes adultos que han sufrido un infarto cerebral.
- Espasmos musculares persistentes en el tobillo y pie de pacientes adultos que han sufrido un infarto cerebral.
- Espasmos musculares persistentes en el párpado y en la cara de pacientes adultos.
- Espasmos musculares persistentes en el cuello y hombros de pacientes adultos.
- Reducción de los síntomas de la migraña crónica en los adultos que tienen cefaleas durante 15 o más días de cada mes, de las cuales por lo menos en ocho días se padece migraña y que no han respondido adecuadamente o son intolerantes a los medicamentos profilácticos de la migraña.
Botox en la medicina estética
En el campo de la medicina estética, la toxina botulínica se utiliza para evitar que ciertos músculos se contraigan; bloquea o minimiza la movilidad y, por lo tanto, modula los movimientos de la piel, evitando así la formación de las “arrugas de expresión”. Se utiliza sobre todo para tratar las arrugas de expresión del tercio superior de la cara: arrugas de la frente, entrecejo y patas de gallo.
El tratamiento con Botox hace efecto a partir del tercer o cuarto día de su aplicación, alcanzando su efecto máximo a los 10 días. A los 4 meses de su aplicación, la toxina botulínica o Botox empieza a perder efecto; a los 6 meses éste ya es prácticamente inexistente.
Es importante recordar que el Botox debe ser administrado por un profesional de la salud capacitado para garantizar su uso seguro y efectivo. Siempre consulte a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier tratamiento