Blefaroplastia

¿Qué es la blefaroplastia?

La blefaroplastia, o cirugía de párpados, es un procedimiento quirúrgico destinado a corregir los defectos de los párpados, como el descuelgue y exceso de piel o la aparición de bolsas. Es uno de los tratamientos más demandados y se realiza normalmente en la zona de las patas de gallo, párpados, ojeras y bolsas.

Tipos de blefaroplastia

Existen diferentes tipos de blefaroplastia, que incluyen:

  1. Blefaroplastia superior: Esta cirugía se realiza mediante unas micro incisiones sobre el pliegue natural de los párpados superiores para eliminar la piel y la grasa sobrante causada por el envejecimiento.
  2. Blefaroplastia subciliar: La incisión para la blefaroplastia subciliar se realiza debajo de la línea de las pestañas. El objetivo de esta intervención es reducir las bolsas de los párpados inferiores eliminando parte de la grasa acumulada que hay en su interior.
  3. Blefaroplastia inferior: Esta cirugía sirve para eliminar una parte sobrante de la piel del párpado inferior. Es la operación que elimina las bolsas de los ojos y que en algunos casos puede incluso mejorar los surcos de las ojeras mediante una recolocación de la grasa.
  4. Blefaroplastia transconjuntival: La principal diferencia con respecto a la blefaroplastia subciliar es el lugar donde se realiza la incisión.

Procedimiento de blefaroplastia

El procedimiento de blefaroplastia generalmente implica hacer incisiones en la piel de los párpados para extirpar el exceso de piel y de músculo. A continuación, se extrae la grasa que forma las bolsas y, por último, se sutura la piel.

Recuperación

Después de la cirugía, el paciente puede esperar tener una férula nasal o vendajes dentro de la nariz durante una semana. Puede haber hinchazón y moretones alrededor de los ojos que durarán hasta dos semanas. La mayoría de los pacientes pueden volver al trabajo o a la escuela después de una semana y reanudar todas las actividades normales después de un mes.

Riesgos y complicaciones

Como con cualquier procedimiento quirúrgico, la blefaroplastia conlleva ciertos riesgos, que pueden incluir infección, sangrado, reacciones adversas a la anestesia, dificultad para cerrar los ojos u otros problemas con los párpados, cicatrices evidentes, lesión en los músculos del ojo, cambio de color de la piel, visión temporalmente borrosa o, en casos excepcionales, pérdida de la visión

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